"Cuello de cisne... Tiene cuello de cisne. Me desesperaría si me fuese negado volver a ver ese cuello."
Detrás de ella podía verse el río gris bajo un cielo del mismo color, que hacían juego con sus ojos. La palidez de su piel recortaba su figura del entorno y le impedía fundirse en él. Los movimientos pausados le daban un aire de pavorosa irrealidad. Inclusive el viento en sus cabellos parecía soplar con inusitado cuidado, como si fuese una estatua de sal y pudiese desmoronarse. Era tan frágil su apariencia que Sebastián sintió un involuntario escalofrío.
En ese momento ella posó la mirada sobre la suya y él pudo sentir el rubor trepar por sus mejillas. No supo si le sonrió, lo ignoró o hizo un gesto de fastidio, porque no se animó a volver a mirarla.
Así era siempre... y así seguiría siendo. Era demasiado tímido para hacer otra cosa que sonrojarse y bajar la vista.
Se miró los pies, deseando estar en otra parte pero sin que su repentina partida pusiera en evidencia su vergüenza.
Oyó la voz de Sergio, riendo despreocupado, mezclada con la de Diego, que lo instaba a apurarse o llegarían tarde a clase.
Sobresaltado, la buscó con ojos ansiosos. No podía compartirla con ellos. Nunca comprenderían. Lo empujarían a hablarle, a acelerar las cosas. Lo urgirían a un encuentro para el que nunca estaría preparado. No, no podía contarles.
Sergio y Diego eran los únicos amigos que tenía en ese momento. Y no era mérito suyo. Ellos eran sociables por demás. Se le habían acercado, tomado las riendas de la conversación y todo fluyó solo. Estaba bien que así fuera. No podría haber sido de otra manera.
No estaba hecho para los contactos sociales. Desde pequeño había rehuido de relacionarse a menos que no le quedara otro remedio. Cada vez que cambiaba de ámbito dejaba atrás todo lazo débilmente construido.
Había pasado dos años de facultad sin dejar que se le apegaran demasiado sus compañeros, pero en el último no había podido evitarlo.
-¡Seba! ¡Ahí estás!- lo reclamó la voz de Diego.
Su mirada se perdió en el río. Nada la detuvo. Sonrió agradecido mientras sus amigos se acercaban y lo observaban extrañados.
-¡Dale, pasmado! Llegamos tarde. Ya sabés que cuando se trata de números tu presencia nos es indispensable.- lo apuró Sergio y agregó entre risas:- A menos que se trate de conseguir un número de teléfono, obvio.
Ambos se miraron divertidos y Sebastián dudó unos instantes si lo habrían estado observando un tiempo antes de llegar.
Sacudió la cabeza, se levantó y se encaminaron al aula. No había forma de saberlo porque no iba a preguntarles.
Una vez en clase, sentado junto a la ventana, se puso a contemplar el río gris bajo el cielo gris. Hacía falta su blanca figura rompiendo la monotonía del paisaje. Hacía falta su grácil cuello de cisne y su lenta fragilidad deshaciendo el espeso manto grisáceo de su horizonte.
¿Qué es Sed?
Allá por julio del 2007 (sí, quién diría que pasó tanto tiempo, no?), andaba enojada con mi inspiración ausente y decidí sentarme y obligarme a escribir algo. Vino una imagen a mi cabeza. Oscura, extraña. Jugué a describirla. Así surgió el primer capítulo de Sed (que en ese momento para mí era "estacosaquestoyescribiendo").
No soy una persona de esas que finalizan los proyectos que comienzan, pero a medida que surgieron capítulos y la gente se fue enganchando... adquirió este título (provisorio u_u jajaja) y ya no hubo marcha atrás.
Es gracias a ustedes -a su avidez de beber más y más de la trama- que Sed acaba de arribar a su capítulo 50, el último de la historia. Bueno, y a unos cuantos picotones de Pablo (mi novio) n_n
Ahora comienza la etapa de corrección, espero que no se haga demasiado larga... y a ver qué pasa con la editorial, porque tengo pensado publicarlo :D
Quiero agradecerles enormemente el aguante. La paciencia, los comentarios, las críticas, o que sólo hayan leído sin decir nada. Las palabras están para ser leídas, ese es su mayor destino.
Un abrazo gigantesco que los abarque a todos ^^
Sed es una historia que gira en torno a la soledad y la necesidad e idealización del otro. Es una novela salpicada de sangre, algo de sensualidad y mucho misterio.
Los acontecimientos que transcurren en ella, van entrelazando las vidas de los personajes. A veces para bien, a veces para mal... otras para peor.
Los invito a leerla y criticarla con confianza. De eso se alimenta mi escritura.
El contenido de esta historia puede resultar ofensivo para algunas personas, si usted es de esas que se ofenden.... por favor diríjase a otra parte.
Muchas gracias y disculpe las molestias ocasionadas.
Atte, La autora.
No soy una persona de esas que finalizan los proyectos que comienzan, pero a medida que surgieron capítulos y la gente se fue enganchando... adquirió este título (provisorio u_u jajaja) y ya no hubo marcha atrás.
Es gracias a ustedes -a su avidez de beber más y más de la trama- que Sed acaba de arribar a su capítulo 50, el último de la historia. Bueno, y a unos cuantos picotones de Pablo (mi novio) n_n
Ahora comienza la etapa de corrección, espero que no se haga demasiado larga... y a ver qué pasa con la editorial, porque tengo pensado publicarlo :D
Quiero agradecerles enormemente el aguante. La paciencia, los comentarios, las críticas, o que sólo hayan leído sin decir nada. Las palabras están para ser leídas, ese es su mayor destino.
Un abrazo gigantesco que los abarque a todos ^^
Sed es una historia que gira en torno a la soledad y la necesidad e idealización del otro. Es una novela salpicada de sangre, algo de sensualidad y mucho misterio.
Los acontecimientos que transcurren en ella, van entrelazando las vidas de los personajes. A veces para bien, a veces para mal... otras para peor.
Los invito a leerla y criticarla con confianza. De eso se alimenta mi escritura.
El contenido de esta historia puede resultar ofensivo para algunas personas, si usted es de esas que se ofenden.... por favor diríjase a otra parte.
Atte, La autora.
13/10/07
.: III :. (Adoración)
Publicado por
Natalia Caceres
en
19:01
Etiquetas: .: 03 :. (Adoración)
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