¿Qué es Sed?

Allá por julio del 2007 (sí, quién diría que pasó tanto tiempo, no?), andaba enojada con mi inspiración ausente y decidí sentarme y obligarme a escribir algo. Vino una imagen a mi cabeza. Oscura, extraña. Jugué a describirla. Así surgió el primer capítulo de Sed (que en ese momento para mí era "estacosaquestoyescribiendo").

No soy una persona de esas que finalizan los proyectos que comienzan, pero a medida que surgieron capítulos y la gente se fue enganchando... adquirió este título (provisorio u_u jajaja) y ya no hubo marcha atrás.

Es gracias a ustedes -a su avidez de beber más y más de la trama- que Sed acaba de arribar a su capítulo 50, el último de la historia. Bueno, y a unos cuantos picotones de Pablo (mi novio) n_n

Ahora comienza la etapa de corrección, espero que no se haga demasiado larga... y a ver qué pasa con la editorial, porque tengo pensado publicarlo :D


Quiero agradecerles enormemente el aguante. La paciencia, los comentarios, las críticas, o que sólo hayan leído sin decir nada. Las palabras están para ser leídas, ese es su mayor destino.

Un abrazo gigantesco que los abarque a todos ^^


Sed es una historia que gira en torno a la soledad y la necesidad e idealización del otro. Es una novela salpicada de sangre, algo de sensualidad y mucho misterio.

Los acontecimientos que transcurren en ella, van entrelazando las vidas de los personajes. A veces para bien, a veces para mal... otras para peor.

Los invito a leerla y criticarla con confianza. De eso se alimenta mi escritura.


El contenido de esta historia puede resultar ofensivo para algunas personas, si usted es de esas que se ofenden.... por favor diríjase a otra parte.
Muchas gracias y disculpe las molestias ocasionadas.


Atte, La autora.

6/8/09

.: XXXVI :. (Interludio)



Las llamas hicieron estragos en aquel viejo caserón. La policía y los bomberos trabajaron durante todo el día para poder controlar el fuego y rescatar los cuerpos carbonizados. Imposible reconocer a la mayoría.
En un cuarto en particular -uno muy pequeño- se hallaron cinco cadáveres que parecían fundidos entre sí. Desde allí parecía haberse iniciado el incendio.
Kerosene. Probablemente se utilizara como una alternativa económica para limpiar los pisos. Hallaron los bidones vacíos en el único ambiente que permaneció casi intacto.
Todo parecía premeditado. No había ventanas sin rejas, la única puerta abierta era la que daba al patio trasero y estaba pegada a dicha habitación. Ese había sido, sin dudas, el lugar por donde huyó el responsable del siniestro. Saltar un muro y chau, otro mundo.
Los vecinos no vieron ni oyeron nada. ¿Quién querría verse involucrado en semejante asunto? En este país nadie es testigo de nada. Un prostíbulo menos en el barrio. ¿Quién iba a quejarse?

-Así que el "profesor modelo de amistad para las adolescentes de hoy en día" sabrá por fin lo cruda que es la vida. –Luca rió, cínico- ¿Seguro que estás preparado?
Sebastián continuó mirándolo, esperando en silencio. Sentía pinchazos en las extremidades. Nunca estaría preparado para lo que estaba por venir y lo sabía, pero de momento no tenía nada mejor que hacer.
-Un monólogo será entonces. Comencemos con la historia de esta habitación. Esa cama en la que tu cuerpo descansa fue mi cama durante años. La cama de una adolescente. Puta y mártir. Víctima y asesina.
Alguna vez fui inocente, ¿sabés? Pero alguien ¡SE CAGÓ EN MI INOCENCIA! ¿Quién? Papá primero, Mamá no era ninguna santa, pero al menos tuvo la decencia de suicidarse. A Papá hubo que ayudarlo, igual que a Enrique. Darles un empujoncito.
Las carcajadas de regocijo hicieron sobresaltar a Sebastián, que permaneció mudo.
-Yo sé por qué viniste. Yo te entiendo más de lo que vos te creés. Querías salvarla. De algo... de alguien... Pensabas que había caído en manos de un pervertido. Yo sé de pervertidos. Podría escribir una enciclopedia. Demandan cosas de lo más variadas, no te podrías imaginar... -En este punto una sonrisa asomó a su rostro, un gesto con cierto tinte nostálgico.- Pero a veces te piden cosas que no podés hacer... que no podés por algo que te hicieron... y ahí... cuando no podés darles lo que quieren de la manera... convencional... tenés que ingeniártelas para complacerlos de otra forma. Si quieren que sangres... vas a sangrar.
Tras un largo silencio en que pareció perdido en recuerdos lejanos, Luca susurró con una mirada que aterrorizó al joven maniatado:
-No podemos dejar que le pase lo mismo a Sofía ¿no es cierto? Tenemos que cuidarla, resguardarla… mantener su esencia femenina… como si fuera un perfume… esencia inalterada. Pobre… pobrecita Sofìa… este mundo no nos comprende… por eso desarrollamos armas para defendernos… para lastimar… pobres de nosotros…
Y se sumió en un silencio más profundo y extenso que el anterior.
Sebastián tuvo la certeza de estar presenciando los últimos vestigios de cordura de aquel ser desvaneciéndose en el aire.

La noche misma del incendio, una escuálida criatura con la cara manchada de tizne se introdujo sigilosa por una ventana de su casa natal.
Luego de recorrer la planta alta, entró con la máxima discreción en el cuarto vacío de sus padres. Minutos después atravesaba el largo pasillo rumbo al comedor.
Sentado a la mesa, rezando antes de tomar sus alimentos, se hallaba su padre.
-Hipócrita asqueroso –dictaminó con voz ronca, visceral.
El hombre giró la cabeza y clavó la vista en la figura acusadora sin inmutarse. Su fe había sido puesta a prueba demasiadas veces como para sorprenderse ante tal acusación.
-¿Qué mal te aqueja, oveja descarriada, para irrumpir en mi hogar de esta manera? ¿Necesitás dinero, comida, un oído dispuesto a escuchar tus problemas?
La criatura apretó con fuerza el muñeco que tenía entre sus brazos. Las lágrimas bañaron su rostro, limpiándolo. Se las secó con el dorso de la mano.
-Hijo de puta. Ni siquiera sos capaz de reconocerme… soy tu hija –masticó las palabras refrenando el odio, cada palabra un paso más cerca.
El anciano no se sorprendió. Sólo respondió impasible:
-No tengo ninguna hija. Tuve un hijo, pero murió hace tres años. Al poco tiempo mi esposa se suicidó. Mujer pecadora, igual que todas. Gracias a Dios ya no queda ninguna en mi vida, lo único que hacen es incitarnos a la tentación. El mundo sería un paraíso si no existieran. Pero el Señor sabrá con qué propósito las puso en esta Tierra, aunque más no sea… -Sus ojos se encontraron con el cañón de su propia pistola en manos del tembloroso ser que lo miraba lleno de odio y con el rostro anegado por el llanto.
-¡Callate! ¡Hijo de puta, callate de una vez! ¡Mirame bien, porque esto es en lo que vos me convertiste! ¡Caí en un lugar en el que un montón de tipos me hicieron lo que vos no pudiste hacerme la noche que me fui! ¡Odiás a las mujeres porque sos impotente! ¡HOY TU HIJA, TU PUTA HIJA, vuelve a casa para hacer lo que tendría que haber hecho hace tres años, antes de irse! ¡LA HIJA QUE NEGASTE ES LO ÚLTIMO QUE VAS A VER EN TU PUTA VIDA!
No tuvo tiempo de responder. Cuatro disparos resonaron en la casa vacía para dar paso al más sepulcral de los silencios.

No hay comentarios: